Autor: Neil Gaiman
Páginas: 240
Editorial: Roca Editorial
ISBN: 978-8416240340
PVP: 12,30€ (tapa dura) // 8,50€ (tapa blanda)
// ebook gratuito en Kindle Unlimited
Puntuación personal: 4,5/5
Hace cuarenta años, cuando nuestro narrador
contaba apenas siete, el hombre que alquilaba la habitación sobrante en la casa
familiar se suicidó dentro del coche de su padre, un acontecimiento que provocó
que antiguos poderes dormidos cobraran vida y que criaturas de más allá de este
mundo se liberaran. El horror, la amenaza, se congregan a partir de entonces
para destruir a la familia del protagonista.
Su única defensa la constituirán las tres mujeres que viven en la granja desvencijada al final del camino. La más joven de ellas, Lettie, afirma que el estanque es, en realidad, un océano. La mayor dice que recuerda el Big Bang.
Hace unos meses que estaba deseando leer
algo de Neil Gaiman ya que desde que se estrenó la serie de American Gods no he
parado de oír maravillas así que, en cuanto vi que había algo de él en mi
librería favorita no dude en llevármelo a casa. Y os aseguro que no me
arrepiento para nada.
De momento, El océano al final del
camino es lo único que he leído de él, llevándome una gran sorpresa. No había
visto más que la película de Coraline, por lo que no sabía que me encontraría,
pero tenía muchas expectativas. Y es que es un estilo tan diferente y único,
que consigue que conectes al 100% con los personajes y la historia, que me ha
enamorado completamente.
Lo que ha conseguido que suceda esto es
que, de alguna manera, es una historia en la que te puedes ver reflejado
continuamente. Los pensamientos del protagonista cuando era niño son muy
similares a los que teníamos tanto yo como un montón de niños más, esa
sensación en cuanto a los adultos, los monstruos que nos acechan en nuestras
pesadillas... Al igual que a él, llega un momento en el que relegamos estos
recuerdos de pequeños a lo más profundo de nuestra mente.
Aunque en el libro se dé a entender que
esto ocurre por diferentes razones a las "habituales", no puedo
evitar comparar a nuestro protagonista con cualquier otro adulto, ese cambio
que damos según pasan los años.
La historia en sí es sencilla, básicamente
son los recuerdos del narrador, pero eso no hace que sea mala, sino todo
lo contrario. Entre el verse reflejado en el protagonista y la fluidez
que le otorga esa sencillez, hace que te metas de lleno en las páginas y
disfrutes. Aparte de esto, a pesar de su sencillez, a lo largo de la historia
se nos presentan temas un poco más duros que consiguen darle un toque de
madurez, necesario en mi opinión.
En cuanto a los protagonistas, no tienen
nada destacable (igual la niña un poco más) pero por eso mismo reflejan tan
bien lo que son y la facilidad de reflejarse en el niño. Una de las cosas que
no me gustan nada es que en una historia intenten meter niños que son
"adultos", no me parece algo realista a pesar de ser necesario en
algunos casos.
En resumen, me parece un libro muy
bonito para iniciarse con Neil Gaiman y que consigue hacerse un hueco en el
lector amante de la fantasía. Es un estilo extraño y diferente, pero que engancha
y se disfruta. Pronto espero leer American Gods y comprobar si sigue la misma
línea.
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